We see that javascript is disabled or not supported by your browser -
javascript is needed
for important actions on the site.
Read more
Skip to main content
What's New
-
Home
-
Login
Member $avings: $
81,885,789.41
|
Books Available:
683,103
|
Members Online: 77
Swap Used Books - Buy New Books at Great Prices!
How To Swap Books
Sign Up
Search
All Books
PBS Market (New Books)
Gift Buying Guide
Book Browser
Advanced Search
Books Posted Today
Member Book Reviews
Award Winning Books
NYT Best Sellers
Amazon Best Sellers
Most Traveled Copies
Club Wish List
Login
Community
Discussion Forums
Book Lists
Club Lists
My Book Lists
My Watched Lists
Create a List
Blog
Donations
School Donation Program
In Memory of...
Military Donation Program
Friends of PBS
Box-O-Books
Maps
The Eclectic Pen
Fun Stuff
20 Questions
Sudoku
Bookmark Creator
Top 100
Wishes
Requests
Posts
Swappers
Referrers
Reviewers
Pulse of PBS
Spread The Word
Invite Friends
Bookmarks
Facebook Page
Facebook App
More Ways...
Photo Gallery
Recipes
Club Tag Cloud
Member Testimonials
Help Center
How To Swap Books
Browse Help Docs
Ask the Librarian
PBS Member Icons
Live Help
Kiosk
PBS Market (New Books)
Go Shopping
Buy Credits
Buy PBS Money
Upgrade Membership
Gift Certificates
Transfer Credits
Need Help?
Visit the Help Center
-
Close X
How to Swap Books
Sign Up
Login
Community
Help Center
Kiosk
Want fewer ads?
Search
- La niña robada (Spanish Edition)
La nia robada
-
Spanish Edition
Author:
Hendrik Conscience
De Capitulo Uno: "La mañana era hermosa; el cielo estaba claro y profundo como un mar azul; el sol desprendÃa del follaje de las encinas un perfume penetrante que dilataba los pulmones y daba bienestar al corazón. Catalina salió de su choza y se adelantó hasta la orilla del bosque, por un sendero que, dando varios circuitos, conducÃa a la
...
more »
calzada de la aldea de Orsdael. Aunque caminase muy ligero, iba mirando al suelo como una persona cuyo espÃritu está oprimido por el peso de alguna inquietud. Y hasta de cuando en cuando meneaba la cabeza, volviendo los ojos hacia el castillo, con expresión de tristeza. Pensaba, sin duda, en la suerte de Marta Sweerts, en las sangrientas afrentas que tenÃa que sufrir todos los dÃas, en la inutilidad de los esfuerzos para descubrir el impenetrable secreto. Cuando llegó a la carretera, advirtió al intendente que iba unos cien pasos delante de ella. Esto la alegró porque no habÃa visto a Marta desde hacÃa una semana. Esperaba que si podÃa entrar en conversación con Mathys, sabrÃa noticias de su amiga, y quizá esta ocasión le permitirÃa decirle algunas palabras en su favor. Apresuró el paso hasta que alcanzó al intendente. Cuando estuvo a su lado le dijo en tono cortés, casi acariciador: —Buen dÃa, señor Mathys. ¡Qué cielo tan claro! ¡Qué aire tan puro! Parece que uno se sintiera rejuvenecido, ¿verdad? —SÃ, hace buen tiempo... Buenos dÃas—murmuró Mathys sin mirar a la campesina. Dicho esto, acortó el paso como si quisiera quedarse más atrás. —Perdone, señor intendente, que me atreva a hacerle una pregunta: mi respeto, mi afecto por usted son mi disculpa. Parecéis estar enfermo, pero confÃo que no será nada. —No estoy enfermo—respondió Mathys refunfuñando. —¿Quizá tendréis un disgusto o habréis sido también objeto de una injusticia? —SÃ, he tenido un disgusto y estoy incomodado. Vos, Catalina, habéis contribuÃdo a ello más que nadie; pero quiero creer que vos, lo mismo que yo, habréis sido engañada por una falsa apariencia. —¡Que yo soy la causa de vuestra tristeza!—exclamó la campesina con sorpresa—. ¡Imposible, señor intendente! —¿No me ha hecho en toda ocasión elogios exagerados de la nueva aya? ¿No me habéis pintado a vuestra amiga como una mujer buena, atenta y amable? ¿No llegasteis hasta hacerme creer vos misma que estaba agradecida a mi amistad y me tenÃa algún afecto? —¿Y no es asÃ, señor? —Callaos, Catalina; el aya es orgullosa, mal educada y colérica. Al principio supo disimular sus defectos; pero ahora apenas si se digna responderme. Tiene un humor áspero y sombrÃo. Casi estoy por creer, cuando reflexiono respecto de su conducta arrogante, que me mira como su sirviente. Para protegerla contra la condesa, me expongo de la mañana a la noche a sufrir altercados y disgustos... ¡Y ser recompensado por un frÃo desdén! No, no, esto no puede continuar. Hace demasiado tiempo que dejo turbar mi tranquilidad en beneficio de una ingrata. ¡Es preciso que parta de Orsdael!"
« less
Post This Book
Login | Register
ISBN-13:
9781406877137
ISBN-10:
1406877131
Publication Date:
1/20/2009
Pages:
96
Rating:
?
0
stars, based on
0
rating
Publisher:
Echo Library
Book Type:
Paperback
Members Wishing:
0
Reviews:
Amazon
|
Write a Review
Want fewer ads?